Se expone de forma gráfica cómo el nivel de innovación es con frecuencia muy superior al de protección de la misma y cómo es igualmente frecuente que muchas investigaciones no lleguen a beneficar ni al centro ni al equipo invetigador por falta de una adecuada protección.

Por otra parte será necesiario realizar no ya una vigilancia tecnológica antes de abordar un proyecto, sino que, yendo más allá se hace preciso hoy contar con elementos de evaluación de la tecnología más cercanos a la inteligencia tecnológica y a la exploración de tendencias tenológicas.

El dilema entre patentar o publicar está siempre presente. Existen también vías alternativas a la patente que proporcionan diverso grado de protección. Se trata en cada caso que cada investigador sea consciente de que su conocimiento es susceptible de protección siendo ello lo que más contribuye al progreso de la Ciencia convirtiéndose además una importante vía para la consecución de recursos para futuros desarrollos.

Se abaordará la importancia de disponer de un sistema de gestión de la propiedad industrial e intelectual de forma que exista una planificación previa de los resultados de la investigación, que se fijen anticipadamente condiciones de colaboración con terceros, que pueda compartirse conocimiento, así como recibir y transferir tecnología con garantías y con provecho efectivo del trabajo realizado.